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Cannabis medicinal: preparan un importante congreso con énfasis en la producción local

El debate en torno al cannabis para uso medicinal avanza en todo el territorio argentino. Hace pocos días el Senado nacional aprobó un proyecto de ley que propone un marco regulatorio para su producción, industrialización e investigación científica y ahora deberá ser tratado en la Cámara de Diputados para convertirse en ley. Esta y otras medidas impulsadas en distintas provincias configuran un panorama oportuno para los sectores involucrados en el tema, fruto del cual se ha gestado el 2° Congreso Argentino de Cannabis y Salud, evento que se realizará junto con el 3° Encuentro Americano de Profesionales Expertos en Fitocannabinoides los próximos 30 de septiembre y 1 y 2 de octubre en Chilecito, La Rioja, con actividades y charlas que combinarán la modalidad virtual con la presencial.

“El primero congreso argentino fue en 2017, cuando recién se empezaba a hablar del tema. Podríamos decir que era otro mundo; casi todo lo vinculado a la marihuana estaba en la ilegalidad, con lo cual fue un evento más bien de corte extensionista, bastante contestatario y que reunió muchos reclamos de la sociedad civil”, relató Darío Andrinolo, investigador del CONICET en el Centro de Investigaciones del Medioambiente (CIM, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA), donde dirige, junto a la también investigadora del organismo Daniela Sedan, un cultivo de cepas con aplicaciones terapéuticas surgido en 2018 amparado en la Ley 27.350 de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus derivados. Como miembro del comité organizador, sostuvo que esta vez habrá una fuerte impronta científico-académica, con la presentación de alrededor de 30 proyectos de grupos de Argentina, Uruguay, Brasil, Chile, Perú, Colombia, Ecuador, Panamá y México, entre otros países de Latinoamérica.

El espíritu del congreso se centrará en las utilidades sociales del cannabis y el impulso del desarrollo local. “La lógica de pensar la producción como algo acotado va de la mano de la intención de lograr un acceso seguro y a costos razonables para la mayor parte de la población, tanto a través de los hospitales como de las obras sociales. No estamos proyectando 100 hectáreas de cultivos de marihuana todas iguales, sino superficies más chicas con siembra diversificada, en las que cada zona o municipio se especialice en un producto distinto. Esto no se puede resolver a nivel nacional; la participación de las provincias es fundamental para el desarrollo territorial armónico, decidiendo lo más conveniente de acuerdo a sus condiciones ambientales y sociales, entre otros factores”, explicó Andrinolo, quien aclaró que de ninguna manera este sistema evadiría los controles y trámites de habilitación requeridos por parte de los entes regulatorios competentes.

En este contexto, otro punto importante a tratar será la presentación de variedades locales de cannabis, en el marco de una propuesta para generar protocolos propios de Argentina para reconocer y avalar las cepas autóctonas. “Hasta ahora, para poder tener un cultivo es necesario utilizar una semilla cuya genética pertenezca o esté patentada por alguna empresa internacional. Sin embargo, aquí los grupos de cultivadores y ahora los equipos de investigación venimos experimentando desde hace años, y consideramos que es momento de empezar a certificar nuestras semillas: caracterizarlas, rastrear su origen, si fueron sometidas a algún proceso de mejoramiento y asignarles un número de identificación. Sería un paso importante para despegarnos de los requerimientos internacionales, generar una industria nacional de cannabis y alcanzar auténticas soberanía y autonomía”, apuntó el experto.

Acerca de la diversificación de productos para uso medicinal, el aceite es solo el más conocido, pero incluso hacia su interior puede encontrarse una enorme diversidad dependiendo de la cepa de la que se extraiga. Los hay elaborados a partir de distintos cannabinoides, que son los principios activos de la planta; o bien con o sin terpenos, es decir los compuestos químicos volátiles responsables del aroma. En cuanto a la presentación, existen caramelos blandos, utilizados especialmente en pediatría, grageas, cremas y parches. “Además, hay derivados de otras partes del vegetal, como las raíces, dueñas de grandes potenciales terapéuticos que recién se están explorando, así que las posibilidades son múltiples. Incluso lo que sobra podría ser forraje y complemento alimentario para animales. El cannabis es sumamente versátil”, describió Andrinolo.

En línea con el fortalecimiento del costado académico y científico del estudio de los usos terapéuticos de la marihuana, algunos meses atrás la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) firmó un convenio con el Colegio de Farmacéuticos de La Plata para el dictado de cursos de capacitación a los profesionales de esta disciplina en el marco de la Cátedra Libre “Cannabis y Salud”, de la Facultad de Ciencias Exactas (FCE, UNLP). En este momento, precisamente, está por finalizar la primera cohorte de farmacéuticos que comienzan a adentrarse en el mundo de los tratamientos a partir de esta planta, “bastante diferente a lo convencional”, señaló Andrinolo.

El congreso es organizado por la mencionada cátedra, dirigida por el docente Patricio De Urraza; la organización Cannamérica, que vincula a profesionales de toda Latinoamérica; y Agrogenética Riojana, empresa estatal de producción agrícola donde se desarrolla el cultivo provincial.

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