Por Carlos Marcheschi (*)
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La pandemia del 2020 es como un catalizador químico, que actúa dándole más velocidad a una serie de cambios que se venían vislumbrándose y produce una nueva forma de normalidad compuesta por la cristalización de lo previsible y el incierto panorama futuro que se ve a trasluz.
Los roles y tareas de todas las organizaciones deben reeditarse ya que el contexto global, nacional y regional ha cambiado.
Qué hacer, qué debemos cambiar, cuál rumbo tomar, son las preguntas que debemos contestarnos en casi todos los ámbitos.
Las organizaciones deben levantar los riesgos nuevos y adaptar sus objetivos a estos (pensamiento basado en riesgos) para poder persistir en el tiempo, o enfrentarse al peor de los riesgos, desaparecer, ya que no realizar ningún cambio es la decisión inaceptable cuando la visión y misión antigua era útil en el contexto antiguo, pero difícilmente lo será en el nuevo. (1)
Este punto que se conoce como agilidad estratégica es clave para cualquier institución que pretenda sobrevivir y mejorar en cualquier área.
Esta habilidad junto a la capacidad de innovar, son las que determinaran el futuro de las organizaciones, o, dicho de otro modo, además de mantener la producción se deberá generar nuevas maneras para hacerlo, adaptadas al contexto cambiante. (2)
Ajustaremos el zoom a la Argentina, al territorio bonaerense y luego a la ciudad de La Plata para contextualizar la situación de nuestra ONG.
Contexto Nacional
Hay algunos tópicos posibles a considerar:
1-Joven Democracia con 50 % de pobres, según estimaciones de las propias autoridades.
2-Preocupacion global por la Salud Mental y la necesaria consideración dentro del PMO
3-Sistema de Salud quebrado e Ineficiente
4-Autoridades de Salud uni-direccionadas hacia la APS como estrategia sanitaria.
5-Mayor Automatización y caída del empleo tradicional
6-Contraccion de servicios con proveedores de calidad
7-Seguridad 360 como valor agregado
8-Calidad asistencial como valor agregado
9-Nuevos Liderazgos digitales
10-Nuevo menú de servicios de salud
11-PMO menos costoso y mas chato
12-La salud en el dólar de bolsillo
13-Nuevas políticas de capital humano
14-Nuevos proveedores de salud para un “cubo” diferente”
15-Una nueva educación medica
16-Control por pares y presupuesto institucional
17- ¿Estado rector con instituciones íntegras o estado dueño?
Resulta de interés estratégico entonces, poder ir armando este rompecabezas, con las piezas a la vista, poder imaginarnos la foto completa que en breve se descubrirá ante nosotros.
Solo haremos pie en algunos de estos tópicos-riesgos tomados de la. Realidad para analizarlos desde una visión de agilidad estratégica.
HABLEMOS DEL IOMA
El Instituto de Obra Médica Asistencial (IOMA), nuestro principal financiador, y segundo mas importante del país, es una institución diferente a escasos meses atrás.
Sin anestesia, está en medio de una operación y los afiliados sufren por el dolor de la cirugía, pero también sufren las partes interesadas del financiador.
Ya hay indicios de apertura, de una clínica propia del IOMA. Hay solicitud de empleos desde el propio IOMA para prestar servicios de salud.
Y no es que no pueda hacerlo, sino que la manera de hacerlo es por lo menos endogámica.
El estilo de gestión impuesto es de puertas cerradas, inconsulto con el resto de las partes interesadas. Nadie es llamado al consenso, solo se tomo el camino de derretir el hielo (el estatus quo) como se describió en el “Modelo de gestión del cambio” de K. Lewin (3). Pero se esta avanzando a martillazos y no desde el convencimiento necesario para lograr cambios duraderos que generen compromiso con todas las partes.
El modelo tiene su foco en la primera etapa, en ella para un correcto análisis de las fuerzas y un buen desarrollo del resto del proceso propone 5 pasos: describir el problema, definir el objetivo, identificar las fuerzas involucradas, priorizar estas fuerzas según su impacto al futuro proceso y definir una estrategia de cambio.
Tampoco hay una comunicación clara del nuevo modelo prestacional que, aunque se niegue, lo tenemos frente a nuestras propias narices.
Baste como ejercicio al lector interesado, visitar el grupo de pacientes en Facebook llamado IOMA Amparos, denuncias y reclamos que hoy 10 de agosto alcanza los 15.632 miembros para leer en primera persona, cientos de reclamos por recorte de servicios y retardo en las prestaciones que hasta hace pocos meses eran habituales.
El afiliado al IOMA vive en primera persona el recorte de servicios, al menos en el modo en que estaba acostumbrado.
Cada vez menos odontólogos, menos profesionales a quien acudir ya que por la razón que fuere el personal de salud ya no quiere depender del financiador IOMA, está perdiendo la reputación institucional por el retraso de pagos, retraso de actualizaciones, estilo de gestión inconsulto, etc.
Esto probablemente genere un escenario de oferta de proveedores de salud diferenciados ya que no es posible conseguir buena calidad de servicios en estas condiciones y el afiliado pagará de su bolsillo la diferencia.
En un futuro no muy lejano, la salud del afiliado dependerá en gran medida de la posibilidad de afrontar esa diferencia de dinero.
El copago (a veces llamado dólar de bolsillo) es el precio y obstáculo al acceso de atención de salud de calidad, ya que de no afrontarlo se deberá conformar con lo que el financiador ofrece en términos de lista de profesionales que acepten el pobre honorario.
Así es como la calidad se transformará en un valor agregado por lo poco frecuente, cuando debiera ser el norte de gestión de cualquier esfuerzo bien intencionado.
Un tema no menor es la seguridad del paciente y del equipo de salud (seguridad 360) ya que el personal que se desempeñe en las instituciones donde el dueño es el IOMA, tiene necesariamente cedida parte de su Autonomía de decisiones y así se agrega al proceso de atención un elemento para tener en cuenta: “posible vulneración de seguridad”.
Es claro, si el financiador de salud es el dueño del establecimiento, de pacientes cautivos (no pueden más que aceptar el IOMA sin poder elegir otro financiador) y a su vez el empleador del personal de salud, la pregunta silenciosa que pide a gritos es: ¿que entidad independiente podrá auditar la seguridad y calidad de los procedimientos de atención sanitaria al que accederá el afiliado al IOMA?
¿Que poder decisorio tendrá el personal de salud en esas condiciones de elegir que exámenes complementarios solicitar, cual medicamento utilizar o cuando y quien podrá a acceder a cirugía?
Allí es donde aparece el rol de las Instituciones.
Es necesario incorporar la visión de la necesidad de adaptarnos a este nuevo escenario donde aspiramos a ser actores importantes del cuidado de la salud, agregando valor a la atención sanitaria segura y de calidad.
Seremos guardianes de ese norte.
(*) Secretario General de la Sociedad Platense de Anestesiología, experto en gestión en salud. Columnista de Comunidad Profesional Radio.