A finales del año pasado, el Gobierno nacional implementó una serie de modificaciones al manual de aplicación de la Ley de Etiquetado Frontal que había sido aprobada en 2022. El cambio principal tiene que ver con la fórmula con la que se determina si es necesaria la aplicación de octógonos negros en productos procesados o ultraprocesados: para establecer el exceso de grasas, azúcares o sodio dejarán de considerarse los nutrientes propios de los alimentos ahora solo se tendrán en cuenta los componentes que se agreguen durante su elaboración.
Los llamados “puntos de corte” que determinan si un alimento lleva o no el sello solo se utilizarán para expresar si el producto excede los criterios en la composición final. “Algunos de los alimentos van a perder sellos, pueden ser seis, siete u ocho. Sin embargo, la mayoría de los productos son ultraprocesados, como las gaseosas y la mayoría de los quesos; ahí van a seguir apareciendo”, explicaron fuentes de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat) a LA NACION.
Si bien desde el organismo aseguraron que todavía no están definidos los productos que perderán algunos de sus octógonos, destacaron que el objetivo principal es “informar lo que se le agrega al producto natural”.
El sistema implementado se asemeja al que se utiliza en países como Chile.
“La mermelada de naranja siempre tiene azúcar porque la naranja tiene azúcar, la pregunta acá es cuánto le agregás. Esa es la idea de los sellos y del etiquetado; informarse sobre qué y cuánto le van a agregar”, ejemplicaron desde Anmat.
Pese a que aún no es posible determinar con exactitud cuáles son los alimentos que perderán algunos de sus octógonos, los especialistas sí pueden evaluar las categorías de productos que se verán más afectadas. “Muchos alimentos seguirán estando etiquetados, sobre todo los alimentos reducidos en calorías, reducidos en azúcar y reducidos en grasa”, explicó Susana Socolovsky, doctora en Ciencias Químicas y científica especializada en Alimentos.
Entre los productos que, según estimaciones de especialistas, perderán algunas de sus etiquetas estarán los quesos (duros, semiduros, blandos y untables), que contienen gran cantidad de grasa natural proveniente de la leche, por lo que solo conservarían el etiquetado por exceso de sodio; los yogures, cuyo caso es similar al de los quesos, pero también podrían incluir un aviso por fuente de calcio; las mermeladas, que contienen el azúcar propio de las frutas de la que estén compuestas; los jugos frutales que no contengan azúcares agregados; y los mix de frutos secos, que contienen grasas saludables propias del alimento.
LISTADO
De acuerdo con el manual de implementación de la ley de etiquetado frontal que modificó el Gobierno en diciembre del año pasado, los alimentos y bebidas sin alcohol que no deberán declarar el exceso de nutrientes críticos ni llevar el rotulado nutricional frontal en el envase son:
Productos elaborados para propósitos médicos específicos.
Suplementos dietarios.
Fórmulas infantiles para lactantes y chicos de hasta 36 meses.
Productos no envasados para la venta al consumidor.
Productos no acondicionados para la venta al consumidor.
Alimentos preparados en restaurantes u otros comercios gastronómicos.
Productos fraccionados al peso en mostrador a la vista de los consumidores.
Alimentos acondicionados para la venta al público con un único ingrediente, sin procesamiento o mínimamente procesados, que no poseen agregado de nutrientes críticos.
Vegetales al natural, carnes y huevos frescos.
Legumbres, frutos o cereales secos.
El azúcar.
Los aceites vegetales.
La sal común de mesa.