El gigante tecnológico SpaceX comenzó a lanzar sus satélites Starlink en mayo de 2019, modificando los cielos nocturnos de todo el planeta. La hilera de puntos brillantes que cruzaban el cielo dejó en evidencia para la población la existencia de una nueva era espacial que en realidad comenzó a gestarse mucho antes.
La capacidad creciente por parte de más estados nacionales y pequeñas y medianas empresas de desarrollar tecnología para construir sus propios satélites fue ampliando el acceso al espacio, y definiendo así una nueva etapa en relación al espacio, hoy conocida como New Space.
Pensando en las nuevas oportunidades y desafíos que ofrece esta nueva era, la Universidad Nacional de La Plata y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) crearon el Centro Interdisciplinario de Estudios Espaciales (CIEE). Allí, desde marzo de 2023, se realizan tareas de investigación científica y tecnológica vinculadas al derecho, la política y la economía espaciales. Funciona en la Facultad de Ingeniería de la UNLP, y también forman parte las Facultades de Ciencias Jurídicas y Sociales y de Ciencias Económicas.
Juan Cruz González Allonca, abogado especialista en Derecho Espacial, es el director del CIEE, y también es miembro del Directorio de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). Es también vicepresidente de Vehículo Espacial de Nueva Generación (VENG), una empresa estatal argentina de servicios y desarrollos tecnológicos de alto valor agregado, especializada en la actividad espacial. Recientemente, González Allonca ha publicado en la revista de la UNLP Relaciones Internacionales el artículo “La Argentina en el contexto de la nueva era espacial”, donde aborda el cambio de paradigma en la gestión del cielo. “La nueva era espacial ofrece múltiples y motivadoras ventajas, pero también genera enormes riesgos, que nos invitan a reflexionar sobre qué normas y políticas son necesarias para garantizar un uso sustentable del espacio, en beneficio de toda la humanidad.”, sostiene el abogado. Pero el abordaje, aclara, debe ser también desde múltiples disciplinas: ”se requiere de la mirada no sólo de las ciencias duras, que hasta hoy se encargaban del espacio, sino también de las ciencias sociales, es decir, el espacio también se abre a un nuevo abanico de vocaciones.”
Ventajas y desafíos
Las tecnologías emergentes, el nuevo contexto histórico y los actores recientemente involucrados determinan el uso que se haga de los recursos espaciales, es decir, las órbitas y las bandas de frecuencia de las ondas electromagnéticas empleadas en la comunicación.
El descenso de los costos tecnológicos convocó a una diversidad de empresas de base tecnológica –las llamadas startups-, a las universidades y a países con economías emergentes a acceder al espacio. ¿Cuáles son las nuevas posibilidades que ofrece el mercado espacial? González Allonca los reseña en su artículo, en una lista donde algunas propuestas ya nos resultan cotidianas (como el uso de satélites para internet o para observación) pero otras parecen tomadas de la ciencia ficción:
- Monitoreo de la Tierra: constelaciones de pequeños satélites que capturan, procesan y entregan imágenes de la Tierra de alta resolución y casi en tiempo real.
- Internet de banda ancha satelital: cobertura en todo el planeta a cargo de megaconstelaciones de satélites en órbitas cercanas a la Tierra.
- Servicios de lanzamiento y transporte espacial: el transporte de tripulación y carga a la órbita terrestre, la Luna y Marte es uno de los objetivos de negocio de la empresa SpaceX.
- Turismo espacial: nuevos destinos exclusivos, como orbitar la Tierra con la empresa Blue Origin pagando un ticket de entre U$S 50 millones y U$S 100 millones por persona.
- Acceso a recursos naturales extraplanetarios: es posible desarrollar minería para extraer metales preciosos, agua y otros compuestos de gran valor de los objetos celestes próximos a la Tierra. Las empresas Planetary Resources y Deep Space Industries ya trabajan en este sentido..
- Fabricación 3D en el espacio: producir insumos para la industria espacial en el propio espacio reduce los costos de fabricación y transporte. La empresa Made In Space fabricó su primer objeto en 2014 y recientemente recibió un contrato de la NASA para imprimir en 3D grandes vigas de metal.
“El desarrollo y la aplicación de soluciones innovadoras en el campo espacial, como la reutilización de cohetes o el despliegue de grandes constelaciones de satélites en la órbita baja de la Tierra implican enormes beneficios y un salto cualitativo para la industria”, explica González Allonca. Pero el experto en derecho espacial señala que además de oportunidades, la nueva era abre también interrogantes y desafíos: “la enorme cantidad de basura espacial (hoy, el 94% de los objetos en órbita son basura); cómo vamos a regular la minería de asteroides, cómo vamos a evitar la militarización del espacio y cuál va a ser el impacto de la privatización de determinadas actividades espaciales, entre otros”.
Nuevas leyes
Para responder estos desafíos y garantizar el uso óptimo y sustentable de bienes espaciales de carácter público (como materiales de interés minero, órbitas y bandas de frecuencia) en un contexto de indefinición, es necesario plantear nuevas leyes en el ámbito del derecho espacial. Según define el director del CIEE, “El derecho espacial es una rama autónoma del derecho, que regula las actividades realizadas en el espacio y suele asociarse con las normas, principios y estándares de derecho internacional que aparecen en los cinco tratados internacionales que gobiernan el espacio ultraterrestre y que han sido desarrollados bajo el auspicio de las Naciones Unidas. Además de estos instrumentos internacionales, una veintena de países cuenta con legislación propia sobre las actividades relacionadas con el espacio, entre ellos, la Argentina”.
En estos cinco tratados elaborados por las Naciones Unidas entre las décadas del 60 y 70, se desarrollan los principios jurídicos que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y uso del espacio ultraterrestre, incluyendo la Luna y otros objetos celestes, se plantean convenios para el salvamento y la devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio, el registro de objetos lanzados al espacio y la responsabilidad por daños causados por los mismos.
Sin embargo, como observa González Allonca, “los desarrollos tecnológicos espaciales estaban concentrados en pocos países y no se contemplaba el ´boom´ comercial que atraviesa el sector espacial en la actualidad”.
Primer Encuentro de Derecho, Política y Economía Espaciales
En este marco, el trabajo del CIEE resulta estratégico. “Las investigaciones y la formación de recursos humanos del CIEE se enfocan en el desarrollo de fundamentos, herramientas y métodos de obtención de conocimiento para asistir al avance del sector espacial nacional.”, explica González Allonca. “La elección de la UNLP no es azarosa, sino que responde a que esta universidad posee importantes antecedentes académicos para el análisis de los aspectos científico-tecnológicos, jurídicos y sociales de la regulación espacial y de alta tecnología.”
Por eso, el jueves 30 de noviembre la UNLP será sede del Primer Encuentro de Derecho, Política y Economía Espaciales. El evento tendrá lugar en el Centro Interdisciplinario de Estudios Espaciales (CIEE), y está orientado a comunicar las líneas de investigación y las propuestas para 2024.
Las y los interesados podrán inscribirse a través del siguiente enlace.