Con gran expectativa, los ingenieros de la Universidad Nacional de La Plata que participaron de la construcción del SAOCOM 1B comienzan a palpitar su lanzamiento. Cinco de ellos, además, forman parte de los simulacros de despegue y estarán durante la cuenta regresiva, desde la sede de la CONAE, en la Ciudad de Buenos Aires. El segundo satélite argentino con tecnología de radar será enviado al espacio, entre el 25 y el 30 de julio, por un cohete Falcon 9 de la empresa estadounidense SpaceX, desde la estación espacial de Cabo Cañaveral.
En los últimos días se iniciaron las pruebas de funcionamiento y estado de salud del satélite, así como operaciones de integración y encapsulado dentro de la cofia del lanzador. El despegue estaba previsto para marzo pasado, pero fue suspendido por la pandemia de coronavirus. Su puesta en órbita será clave para la producción agrícola, ya que permitirá medir la humedad de los suelos y alertará sobre potenciales inundaciones, entre otros servicios.
Una vez que se encuentre en órbita, desde el Centro de Control de Misión ubicado en el Centro Espacial Teófilo Tabanera, de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales, en Falda del Carmen (Córdoba), se realizará el monitoreo constante del satélite. Allí se recibirán sus primeras señales de funcionamiento en el espacio y se deberán chequear todas las variables con el apoyo de los equipos apostados en dos salas de soporte, una en la sede de la CONAE de Buenos Aires y otra en la de INVAP, en Bariloche.
El SAOCOM 1B comenzó a ensamblarse en 2015 y superó todos los ensayos ambientales, que consisten en simular las condiciones que sufrirá en la etapa de despegue dentro del vehículo lanzador a través de pruebas de vibración, termovacío y de compatibilidad electromagnética. Dentro de estos ensayos, también se incluyó uno de los más complejos que es el de despliegue de los paneles de la antena de 35 metros cuadrados, que está integrada al satélite. En este aspecto, el aporte del Grupo de Ensayos Mecánicos y Aplicados (GEMA) de la Facultad de Ingeniería de la UNLP fue fundamental ya que consistió en el diseño, análisis y control térmico de la antena SAR (Radar de apertura sintética).
«Esta antena es el instrumento que los satélites SAOCOM 1A y 1B poseen para llevar a cabo su misión. Está formada por cinco paneles que, una vez desplegados en órbita, desarrollan una superficie de 10 metros de largo por 4 de ancho aproximadamente», detalló Pablo Ringegni, director del GEMA.
El ingeniero aeronáutico indicó que el desempeño funcional de esta antena es extremadamente dependiente de su planitud, por lo que debe procurarse minimizar las deformaciones (contracciones y/o dilataciones) que se producen en la misma a causa de las temperaturas que adquiere en órbita en diferentes zonas radiadas por el Sol, la Tierra o el espacio profundo. «Se trata de analizar y diseñar el control térmico de la antena para que esta permanezca dentro de cierta planitud requerida que asegure su mejor desempeño», explicó.
Para ampliar información, visitar el link https://www.ing.unlp.edu.ar/articulo/2020/7/21/cuenta_regresiva__ingenieros_de_la_unlp_le_toman_la_temperatura_al_saocom_1b