¿Se le podrá decir adios a los celulares en las aulas? es la pregunta que Comunidad Profesional le hizo a Martín Zurita, secretario ejecutivo de Aiepba para abordar uno de los temas del momento en educación.
Las derivaciones del uso de pantallas en las escuelas son variadas, afirman los directivos. «El panorama es tan heterogeneo que en este tema vale mucho la autonomía de cada colegio, que conoce a sus estudiantes y docentes y pueden intentar el camino que prefieran tras un intenso análisis», dijo Zurita en el programa que se emite por FM Classique 106.5 y www.classique.com.ar.
En algunos colegios del norte del Gran Buenos Aires y algunos establecimientos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) avanzaron en la prohibición porque tienen el rubro tecnológico cubierto por su infraestructura. Ocurre lo mismo en algunos distritos del interior de la provincia de Buenos Aires. Pero en otros casos el celular es una vía de conexión con el mundo.
Los chicos con teléfonos y redes sociales al alcance, están más dispersos, ansiosos y desenfocados, describen los responsables de los colegios. Los docentes, por su parte, tienen que competir por la atención con las notificaciones, y saben que mientras dan clase corren el riesgo de convertirse en sticker o meme.
A más de uno también le pasó que, al llegar al aula, tiene que demorar varios minutos el inicio de la tarea ante el ruego de alumnos que están en medio de una partida con sus teléfonos. Pero el mayor problema no radica en lo que pueda ocurrir con los profesores sino en el impacto cognitivo, social y psicológico en los chicos.
En el último año, según se pudo saber, al menos unos 30 colegios en Capital Federal y en el corredor norte de la provincia de Buenos Aires, sobre todo aquellos en los que los chicos pasan más de ocho horas diarias, decidieron avanzar en una decisión que hace tiempo venían evaluando, pero les parecía poco viable: desterrar las pantallas y las redes del ámbito educativo. Y otras instituciones la están estudiando: al menos durante el horario escolar, dejar el teléfono en una cajita tipo locker, con llave, y que solo se pueda retirar al final del día.
Martín Zurita analizó que «es un tema muy interesante, que genera un amplio debate, es controversial, multidimensional» y remarcó que «dentro del mundo educativo no solamente en nuestro país, sino en todo el mundo. Hace unos meses en Italia, en Inglaterra, en Francia, Suecia, Finlandia, han prohibido el uso de celulares en el aula. En Europa de cada cuatro países uno lo prohibió».
«En todas partes del mundo está el debate. Nosotros tenemos que ver las ventajas y desventajas de esa prohibición», señaló .
Zurita, en ese marco, planteó que «cuando uno habla de ventajas de la prohibición podemos decir que hay una reducción de las distracciones de los alumnos en el aula y permite a los docentes trabajar mejor, hay una prevención del ciberacoso, se pueden fomentar más las relaciones interpersonales, controlar más los contenidos inapropiados».
«En relación a las desventajas, podemos marcar la falta de acceso a recursos educativos que hoy muchos docentes pueden utilizar cuando no hay bibliotecas bien conformadas en las escuelas o los alumnos no tienen otros recursos tecnológicos como tablets, notebooks y el celular es una manera de acceder al conocimiento», agregó.
En ese sentido, indicó que es central que cada institución evalúe de acuerdo a su contexto: «nosotros creemos que hay que hacer un equilibrio entre los beneficios y los riesgos porque también depende de cada comunidad educativa. Creemos que dentro de los contextos institucionales se pueden evaluar los pro y los contras de la prohibición del uso dentro del aula del celular».
El dirigente de AIEPBA también evaluó que «la situación de estar todo el tiempo conectados es algo que se nota con mucha presencia en el mundo adulto también. Entonces no le podemos pedir al mundo adolescente o a los niños que no hagan lo mismo que hacen los adultos en sus casas, por diversas razones. Por supuesto que los jóvenes que están en un proceso de formación no tienen los recursos de discernir que puede llegar a tener una adulto y por eso es fundamental la educación familiar».
«Desde AIEPBA esta situación de uso del celular nos preocupa y venimos trabajando en ese sentido, somos los primeros en levantar la voz con respecto, por ejemplo, en las apuestas online, que está muy presente en los adolescentes, provocando casos de ludopatía porque con el uso de las billeteras virtuales los adolescentes terminan gastando el dinero que les dan sus padres en vez de una merienda, en ese tipo de cosas», destacó.