Un equipo de investigadores de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata descubrió la entrada original a la tumba de Amenmose, un artesano y cantero que se destacó durante el denominado Reino Nuevo, localizada en la ribera occidental de la actual Luxor (Egipto), la antigua Tebas, Egipto.
Los científicos lograron encontrar la entrada original de la tumba, que estaba cubierta por unos siete metros de sedimentos. En ese lugar se encontraron dos jambas con inscripciones: el nombre de Amenmose y una fórmula de ofrenda y además una imagen de él con una mesa de ofrendas.
El equipo de trabajo dirigido por la Doctora Andrea Zingarelli científica de la UNLP, está integrado por otros investigadores y una conservadora de la UNLP, investigadoras de la Universidad Nacional de Córdoba, de la Universidad Nacional de Tucumán, de la Universidad de Buenos Aires y de CONICET.
La Doctora Andrea Zingarelli, directora del proyecto y docente de la Facultad de Humanidades, aseguró que “esta tumba tiene más 3.500 años de antigüedad y sus pinturas y relieves hasta nuestra primera campaña en 2020 nunca fueron restaurados ni estudiados en profundidad”.
Zingarelli explicó: “El proyecto que venimos desarrollando desde 2019 se ha enfocado en la conservación del monumento, en sus pinturas y relieves. De este modo, el proyecto argentino contribuye a la conservación de un sitio de valor patrimonial mundial; de acuerdo a la convención de la UNESCO de 1979, que incluye a Tebas y sus necrópolis entre los sitios declarados patrimonio de la humanidad”.
La tumba capilla del “trabajador de la necrópolis de Amón” Amenmose consta de dos salas y tiene forma de T. En expediciones anteriores la entrada a la tumba era a través de un túnel y un agujero de 50 por 37 cm. desde una tumba vecina. Debido a esto, se hacía necesario encontrar la entrada original para efectuar los trabajos de conservación, lo que finalmente sucedió en esta campaña. Las ocho paredes de la tumba de Amenmose están pintadas con motivos figurativos, mientras que las jambas y el dintel de la entrada al pasaje y la pared sur de este último están talladas en bajo relieve.
Tras hallar la entrada original de la tumba, se encontraron materiales de diverso tipo: hallazgos faraónicos, como textiles de lino con restos de representaciones, que eran los que portaban las momias; una oreja de madera pintada, que se conoce del Período Tardío que era para escuchar las plegarias; guirnaldas secas de flores; conos funerarios con inscripciones con los nombres de los propietarios de las tumbas; restos de cartonaje pintados, con inscripciones jeroglíficas; restos humanos momificados; restos de fayenza pintada, con una inscripción copta.
En el lugar también se encontraron copias de objetos faraónicos y otros objetos de los habitantes Qurnawi que nos sirven para datar el estrato: un sello de una familia de 1927; monedas de distintas procedencia, como una estadounidense de 1973, una británica del 71, una japonesa de 74, una griega del 76, una rusa del 98; restos de una bala; botellas de vidrio; un certificado de nacimiento de un hombre que nació en el 57.
Además de estudiarla, la comitiva argentina buscará preservarla para el futuro, ya que durante mucho tiempo la tumba sufrió diversas intervenciones, como por ejemplo caras rayadas, destruidas. Hubo gente viviendo, haciendo fuego. Incluso había ganado.