La llamada economía de conocimiento incluye puestos en las áreas de software, producción audiovisual, biotecnología, electrónica, y servicios profesionales hasta industria aeroespacial. Son empresas del tercer complejo exportador.
El Gobierno reglamentó la semana pasada, después de varios meses de tener la ley promulgada, la reducción a cero de la alícuota del 5% para las firmas exportadoras de servicios, una medida que las compañías del sector consideraban decisiva. Según estimaciones oficiales, el impacto positivo en las cantidades exportadas recién se podrían ver hacia fin de año o el comienzo del próximo.
La nueva resolución fija el derecho de exportación en 0% para prestaciones de servicios realizadas en el país, cuya utilización o explotación efectiva se lleve a cabo en el exterior, siempre que sean efectuadas por los inscriptos en el “Registro Nacional de Beneficiarios del Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento”.
Uno de los sectores que más terreno ganó en el entramado productivo argentino en los últimos años fue el de los servicios basados en el conocimiento, un conjunto de actividades que atraviesan transversalmente a la economía y que abarcan desde finanzas, videojuegos, hasta salud e industria. A pesar de que no quedaron fuera del impacto de tres años de recesión y más recientemente la pandemia, algunos indicadores muestran que fue un rubro que mostró cierta resiliencia: según estimaciones de las compañías y del Gobierno, este año y los próximos requerirán unos 10.000 puestos de trabajo nuevos por año con sueldos que rondan los $ 100.000.