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Odontólogos platenses sostienen que «se hace muy difícil cumplir con las obligaciones económicas».

La presidente del Colegio de Odontólogos de La Plata, Natalia Weiler, dijo que «la situación actual es complicada» para el sector y que se «nos hace muy difícil cumplir con nuestras obligaciones económicas».

«Si bien se abrieron actividades y se dijo que comenzaba la atención odontológica habitual, esto no es posible o, por lo menos, no lo es tal como lo hacíamos antes de la pandemia», sostuvo la odontóloga.

«Seguimos en fase 3 por lo que podemos atender urgencias y emergencias, pero hay que tener presente que, debido a la falta de controles periódicos por el paso de estos últimos meses, la situación se ha visto exacerbada”, indicó.

» Lamentablemente la gran cantidad de contagios nos obliga a continuar con un protocolo estricto que comienza con el triage telefónico para luego dar paso a la consulta presencial, siempre con el uso del equipo de protección personal, no solo para resguardar al colega, sino también al paciente. Al estar tan expuestos por trabajar a centímetros de la boca, sumado a la aerosolizacion que producen nuestros instrumentos, se requiere de un tiempo necesariamente más prolongado entre paciente y paciente para limpiar y desinfectar meticulosamente las superficies y el ambiente en general. Esto hace que la atención diaria no abarque el mismo número de pacientes que anteriormente», aclaró.

Por su parte, también se refirió a IOMA al aseverar que la obra social «a partir de septiembre, saco el módulo COVID de urgencia y volvió a ampliar el nomenclador, pero limitando la cantidad de prestaciones. Como ya hemos comentado, todos los materiales que usamos están dolarizados y el atraso en el pago, sumado a la inflación, hace muy difícil cumplir con nuestras obligaciones económicas».

Con respecto a cómo es la situación con el IOMA de cara al conflicto que tiene la entidad con la Agremiación Medica Platense, Weiler aseguró: «nuestra profesión a diferencia de los médicos no muestra una mancomunada unidad; es decir, los médicos apoyan a la AMP en este conflicto, en cambio, este Colegio que presido tomó una postura totalmente distinta y, a mi criterio, equivoca, pues en vez de mantener el diálogo con las gremiales, decidió enfrentarlas sin advertir las penosas consecuencias que esto traerá aparejado para los profesionales».

La situación interna en el colegio

Uno de los temas que preocupa al ámbito odontológico son las internas que se viven en el interior del colegio. Natalia, aclaró el panorama al advertir: «mi postura como Presidente es la de trabajar en conjunto y desde el dialogo constante. Pero una fracción del Colegio, totalmente mayoritaria e incentivada y alentada por el asesor letrado, decidió en medio de una pandemia y a sabiendas de la difícil situación económica llevar ante la Justicia y ante el Tribunal de Disciplina a las Comisiones Directivas de las Gremiales, sin advertir que esto no solo que no logrará resolver la cuestión arancelaria, sino que además generará un inevitable rompimiento de relaciones que, penosamente, solo terminará por perjudicar al Odontólogo en este duro momento».

Según los rumores que circulan en las últimas semanas, sería el registro de contratos el foco de la discusión. La profesional también se refirió a dichas versiones al asegurar que su intención no es confundir a sus colegas. «Lo aclaro porque sé que lo han querido convencer diciéndole solamente lo que quería escuchar, pero no la verdad».

A su vez, agregó: «el foco del problema se corresponde con el tema aranceles. Soy odontóloga, trabajo y vivo de esto, por lo que no es necesario que me intenten convencer diciendo que el colega debe percibir más por sus labores, pues esto ya lo sé. Justamente, si uno cobrara lo que corresponde por ley podría afrontar sus obligaciones sin problema, pudiendo tener una mejor vida o, mejor dicho, la vida que le corresponde por su esfuerzo constante. Pero desde mi óptica, esta mejora no puede ser obtenida por medio del enfrentamiento, pues en dicho caso solo lograremos la caída de los innumerables contratos que, al día de hoy, son los que posibilitan el trabajo de la gran mayoría de los colegas. Creo que, previo a tal lucha, debemos intentar el diálogo, el consenso, la unión, pues creo que así lograremos los resultados propuestos sin afectar el día a día del matriculado. En el fondo, siempre estará la alternativa de confrontar y judicializar los conflictos, pero uno tiene la obligación de preveer las consecuencias que estas acciones podrían traer aparejadas».

En lo que respecta a las mejoras en los aranceles a través del registro de contratos, Weiler aseguró que es todo lo contrario, no sólo no trae progresos sino que pondría en riesgo la continuidad de los convenios que mantienen con las obras sociales a través de las gremiales.

«Sin ir más lejos, se han registrado contratos de obra sociales por debajo del mínimo que establece el Consejo Superior; te digo más, y esto es lo curioso, hay consejeros que trabajan a porcentaje precarizados, los cuales no registraron sus contratos, pero han votado para la judicialización anteriormente mencionada», aseguró la presidente del colegio, al tiempo que agregó: «yo me pregunto ¿la solución es judicializar la cuestión a sabiendas de que todo esto pondría en peligro todos estos contratos? ¿y luego qué? ¿y mientras se decida la cuestión judicial? ¿y si el juicio se pierde? Entonces, tenemos que ser prudentes y no ir a la guerra por el solo hecho de ir a la guerra, más aún cuando los soldados no son ni los Consejeros ni los abogados, son los Odontólogos».

Por último, se refirió cómo lleva esta situación de internas en el interior del colegio: «es una situación muy angustiante, porque en este contexto excepcional, donde tendría que primar la unión y pensar en el ‘día después’, muy por el contrario sufro hostigamientos y persecución por no compartir las mismas ideas y formas de comportamiento esgrimidas por la mayoría».

A su vez remarcó que «no pienso incumplir con lo que decida la mayoría, pero también soy Consejera, además de Presidente, y, tal carácter, tengo ciertas facultades que me permiten, por lo menos, dar mi opinión al respecto y, fundamentalmente, hacérsela saber al Odontólogo».

Weiler sostuvo que, en los tiempos que se viven, en vez de estar trabajando conjuntamente por dignificar la profesión se está dejando la institución en stand by, casi a la deriva.

«Así como lo hice público en una carta, nunca traicione mis ideales, lamentablemente lo que en un comienzo fue un trabajo en el marco de la cordialidad, fue mutando, convirtiéndose en un penoso marco de irregularidades, de arbitrariedades, y sobre todo de comportamientos antidemocráticos. Las sesiones del consejo que inicialmente fueron abiertas, por votos de los restantes miembros del consejo, pasaron a ser secretas. Algo que, dicho sea de paso, fue fuertemente criticado de la gestión anterior. Los buenos modales se transformaron en comportamientos hostiles, la defensa de los ideales dejo de desarrollarse mediante el dialogo y paso a consolidarse mediante ataques personales, muchos de los cuales incluso debieron ser canalizados en el ámbito de la justicia y de las autoridades pertinentes. Sin ir más lejos, se llamó a una reunión de consejo ordinaria secreta para tratar como orden del día mi proceder, catalogándolo de ‘faltas graves», sostuvo la profesional.

Para concluir abordó sobre cuáles son las faltas de las hablan al sentenciar: «pensar distinto, llevar el Colegio por la vía del dialogo, poder consensuar estrategias para paliar esta crisis y no pensar como la mayoría de los Consejeros; en el fondo, pensar lo que, a mi modo de ver, es lo mejor para el colega. Pero quiero ser muy clara en lo siguiente: no solo que no he cometido ‘faltas graves’, no he cometido falta alguna, no solo en lo que hace a mis funciones como Presidente, sino también en lo que hace al ejercicio de mi profesión y al desarrollo de mi vida diaria. Soy una persona de bien, trabajadora y, por sobre todo, honesta.

A su vez, cerró declarando que lamenta la actual situación institucional que viene padeciendo el Colegio: «lo lamento profundamente, pero no cambiaré mi forma de pensar, pues de lo contrario estaría violentando la confianza otorgada por los cientos de Colegas que han encomendado en mi persona estas difíciles labores. Lo único que espero, por el bien de nuestro Colegio y de los Matriculados, que esto no desencadene en un pedido de destitución o un golpe institucional».

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