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Turismo rural en Buenos Aires: productores que cuidan la tierra y el futuro

En Chacabuco, Janina Garacoche abre las tranqueras a una forma de producción agropecuaria que combina tradición familiar con conciencia ambiental. Su compromiso con la sustentabilidad refleja el espíritu de los productores bonaerenses y potencia al turismo rural como una experiencia auténtica y responsable.

La provincia de Buenos Aires no solo es el motor productivo del agro argentino, sino también un territorio que invita a descubrir la cultura del campo desde una mirada distinta: la sustentabilidad. Cada productor que trabaja la tierra con responsabilidad es parte de una red que no solo alimenta al país, sino que también preserva los recursos naturales y enriquece el patrimonio cultural y turístico de la región.

En Chacabuco, al noroeste bonaerense, Janina Garacoche lleva adelante la actividad agropecuaria en Siete Sauces, una empresa familiar que combina agricultura (trigo, maíz y soja) y ganadería. Desde allí, explica: “Todos los procesos que realizamos en el campo son conscientes: optimizamos las aplicaciones con parámetros ambientales, usamos productos habilitados, recetas agronómicas validadas y trabajamos con pulverizadores capacitados”.

Este compromiso trasciende la producción y se convierte en una práctica educativa para quienes visitan el campo: “Hacemos el triple lavado de envases de fitosanitarios y los entregamos al sistema oficial. Eso nos da tranquilidad y muestra a los más jóvenes la importancia de cumplir la ley y cuidar el ambiente”.

El caso de Janina refleja cómo el turismo rural puede encontrar en la sustentabilidad un valor agregado. Conocer de cerca las tareas del campo, participar de jornadas educativas y entender cómo se integran tradición, innovación y cuidado ambiental, ofrece a los visitantes una experiencia distinta, que conecta con la vida real de los productores bonaerenses.

La provincia ya cuenta con 32 Centros de Almacenamiento Transitorio (CAT) y jornadas de recepción de envases, donde la comunidad puede ser parte de un modelo de economía circular que convierte residuos en nuevos materiales útiles, como caños para fibra óptica.

En cada viaje por la geografía bonaerense, detrás de los paisajes de siembra, las estancias y los pueblos rurales, hay historias de compromiso como la de Janina. Un recordatorio de que el turismo, además de descubrir lugares, también puede celebrar y difundir el cuidado de la tierra y el futuro.

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