La presencia en exceso de colesterol «malo» («No HDL») contribuye a la formación de placas en las paredes de las arterias, que pueden derivar en infartos cardíacos o ataques cerebrovasculares, por eso se lo conoce como «malo». Según un estudio internacional que analizó las tendencias registradas en los últimos 40 años, Argentina es uno de los países de Latinoamérica que más redujo sus niveles, sobre todo en mujeres, pero todavía está lejos de los valores óptimos.
El estudio liderado por el Imperial College de Londres se basó en la revisión de 1.127 estudios de base poblacional, que analizaron los valores de colesterol en un total de 102,6 millones de personas de 200 países.
La principal conclusión a la que arribaron los investigadores es que en el período estudiado, el epicentro global de los países con nivel más alto de colesterol no HDL -que es un marcador de riesgo cardiovascular- se trasladó de países de Europa occidental (como Bélgica, Finlandia, Groenlandia, Islandia, Noruega, Suecia, Suiza y Malta) a los de Asia y el Pacífico (como Tokelau, Malasia, Filipinas y Tailandia). América Latina y el Caribe se ubican en una posición intermedia.
En el período estudiado, los valores promedio de colesterol no-HDL en hombres de Argentina bajaron un 10,5% (de 152 a 136 mg/dL), mientras que en mujeres la reducción fue del 15,4% (de 149% a 126 md/dL). Así, en América Latina y el Caribe, el país fue el tercero con un mayor descenso en hombres (detrás de Bermudas y Venezuela) y el segundo en mujeres (después de Bermudas). En el ranking global, Argentina se ubicó en el puesto 50 entre los que más bajaron sus niveles de colesterol malo.