Por Gustavo Neffa
En la historia, todos los cambios de paradigmas modificaron la estructura, los cimientos de lo que se venía dando o haciendo hasta ese momento. Lo fue la incorporación de la energía eléctrica, la producción en cadena en el proceso productivo, internet, la conectividad 24hs o muchísimos otros avances cotidianos que han cambiado la manera de moverse, producir, hablar, conectarse y hasta invertir entre las personas, las máquinas y los dispositivos. El Blockchain es eso. Un cambio de paradigma y de hacer las cosas.
Blockchain significa cadena de bloques, la tecnología en red sobre la cual se montó el Bitcoin que fue la primera moneda descentralizada no emitida por un banco central, así como las demás criptomonedas que le siguieron, que hoy son más de 3000 que operan al menos en forma diaria.
Blockchain es una tecnología disruptiva que cambia radicalmente la manera de hacer las cosas en el futuro. Permite la transferencia de datos digitales con una codificación muy compleja pero de una manera completamente segura. Este nuevo sistema modifica la forma de entender los negocios, la economía y la sociedad.
Cuando se usa Blockchain todos los datos están encriptados, por lo que las transacciones están escritas de modo que solo el originador y el destinatario pueden acceder al contenido. Con esta tecnología se pueden hacer acuerdos y transacciones de forma confiada sin revelar información confidencial entre las dos partes y sin la necesidad de intermediarios: el mundo perfecto y una tentación para el dinero negro que es muy combatido por los reguladores, que obligan a los bancos a ser solidarios y responsables en dicha tarea, ya que miran esta tecnología de cerca queriendo abrazar este nuevo paradigma con desarrollos propios o destruirlo porque es competencia directa (deriva fondos de cuentas tradicionales a otros destinos).
Hasta ahora, los intermediarios financieros como los bancos, las tarjetas de crédito o Paypal, entre otros, han sido imprescindibles, sobre todo a la hora de manejar y transferir dinero, algo muy delicado y en el que se requiere seguridad, por más que el costo sea alto. Los intermediarios certifican que somos quienes somos. Pero todo eso está cambiando: Blockchain transforma el internet del valor (que incluye títulos, certificaciones, registros) y lo pasa a formato digital y descentralizado, sin necesidad de un intermediario para realizar una operación o un registro, ya que se basa en una red troncal en la que se tiene confianza, ya que si todos poseen u operan con la misma información, entonces esa información es confiable.
El Bitcoin es esa nueva moneda virtual que produjo una revolución en el mundo de los pagos electrónicos mediante una innovadora red de pagos y una nueva clase de dinero que ha sido el impulso de muchísimos otros emprendimientos que han querido imitar el éxito que tuvo en su comienzo este mercado.
Las personas que compran y pagan con bitcoins lo hacen en una red pública en la que todos los nodos guardan una copia de cada transacción. Blockchain representa el fin de la centralización de datos, tal como si fuese el libro de asientos contables de una empresa en donde se vuelcan y registran todas las entradas y salidas de dinero.
El Bitcoin nació en el año 2009, y el creador se mantuvo en el anonimato; simplemente salió con su invento al mundo, lo que genera actualmente una mística en torno a ello. En septiembre de 2012, se creó la Fundación Bitcoin para promoverlo, estandarizarlo y protegerlo.
Bitcoin permite a los usuarios intercambiar créditos en línea por bienes y servicios. Usa la tecnología peer-to-peer, es decir entre pares, para operar sin una autoridad central o bancos. Es una moneda virtual independiente de cualquier Estado y no está vinculada a la emisión de un determinado banco central. La gestión de las transacciones y la emisión de bitcoins no son llevadas a cabo por parte de una autoridad monetaria, sino que se realiza de forma colectiva por la red. Estas transacciones son irreversibles. Si bien los bitcoins se transfieren en segundos, se requieren entre 10 y 60 minutos para poder verificarlas. Se pueden recibir las transferencias en cualquier momento, aún si la computadora esté apagada.
Como el Bitcoin usa un código abierto, su diseño es público, nadie es su dueño o lo controla. Cualquiera puede participar y pagar o recibir bitcoins. ¿Está regulado? No, y esa ha sido la fuerte suba en su precio ya que las ganancias pueden dispararse y están exentas de controles. ¿Con quién realizas transacciones? No se sabe salvo que se identifique específicamente. Esa desregulación y despersonalización del Bitcoin le ha dado de motivo a otros emprendedores a crear otras monedas similares, algunas de ellos con cierto éxito.
Los Bitcoins se obtienen de diversas maneras:
1) Se los puede comprar: existen sitios específicos para el intercambio de divisas con Bitcoin.
2) Se los puede aceptar como moneda de cambio al vender bienes: existen sitios de subastas donde se venden artículos con Bitcoin
3) También pueden obtenérselos apostando por ejemplo: existen varios sitios de apuestas que aceptan Bitcoins como pago de las apuestas.
4) Vale aclarar que la manera más genuina de emitir Bitcoins se lleva a cabo online (en algunos sitios de internet especializados) mediante la realización de ciertas tareas por intermedio de una computadora, proceso conocido como mining, o minado. Las cantidades que se emiten están controladas por los programadores informáticos que trabajan a través de algoritmos. Minar datos significa generan automáticamente bajo un proceso de transacciones sin controles con algoritmos matemáticos complejos para evitar que cualquiera emita una cantidad indefinida.
Dado que el precio de las bitcoins se desprende exclusivamente de la oferta y la demanda, el precio debería subir para satisfacer una demanda creciente, teniendo en cuenta que las cantidades de Bitcoin están controladas: existe un máximo de bitcoins que se emitirán y a partir de ahí ya no habrá bajo los estándares actuales una mayor emisión, lo que les reviste de una característica única, la de la oferta futura invariante.
Los mineros
La información referida a los registros de las transacciones realizadas está distribuida en múltiples nodos que son totalmente independientes entre sí que la registran y la validan: una vez introducida, la información no puede ser borrada, solo se podrán añadir nuevos registros. En ese proceso no se requiere que haya confianza entre ellos, ya está validada cuando se registra. La clave reside en la seguridad que brinda su sistema de almacenaje de información, una base de datos compartida entre muchas computadoras (nodos) en todo el mundo, que funciona como un libro de registros de operaciones o transacciones (bloques) que se registran en forma cronológica con un código (hash).
Los únicos que pueden hacer cambios son los “mineros”, quienes los registran y difunden en la red para que los nodos verifiquen su validez y actualicen el estado de la cadena: son los que mantienen la “salud” de la red son. Que gastan plata en procesadores, mucha energía eléctrica, tiempo, dinero y otros recursos en buscar los códigos. ¿Qué incentivo tienen los mineros para mantener esa base de datos? Por cada transacción reciben comisiones. Cada vez que un minero (o varios en un “pool”) escribe un bloque, se le entregan Bitcoins nuevos: ahora reciben 6,25 bitcoins, una cifra va disminuyendo con el tiempo, y terminará siendo cero cuando alcance la cifra de 21 millones de bitcoins en el año 2140 (desde los actuales 19 millones). Actualmente se minan 144 nuevos bloques de bitcoin por día: como hay 6,25 bitcoins por bloque, significa que se añaden 900 bitcoins al total de bitcoins en circulación diariamente.
El sistema publica una operación matemática cada 10 minutos, como una suerte de problema a resolver sobre la base de prueba y error. Aunque todos los mineros tratan de resolverlo a la vez, el azar hace que haya uno solo que adivine el resultado que es el que tendrá el derecho de escribir el código en la red.
Blockchain significa cadena de bloques, la tecnología en red sobre la cual se montó el Bitcoin que fue la primera moneda descentralizada no emitida por un banco central, así como las demás criptomonedas que le siguieron, que hoy son más de 3000 que operan al menos en forma diaria.
El Bitcoin y el fenómeno del resto de las criptomonedas es uno de los mercados alcistas de los últimos tiempos, el cual rivaliza a todos los demás activos financieros. Es casi lógico y obligado comparar la meteórica trayectoria de su precio con las demás burbujas de precios como la inmobiliaria en EE.UU., de acciones tecnológicas, y por qué no, remontar hasta la Burbuja de los Tulipanes hace unos cuantos siglos atrás. El tiempo dirá si se trató de una burbuja, aunque pienso que no son estrictamente comparables porque Blockchain representa claramente un cambio de paradigma. No sólo está revolucionando las transacciones financieras, sino también la administración pública, la manera en la que los bancos centrales conciben al dinero o el Internet de las cosas (IOT).
El hecho de ser global y descentralizada en miles de nodos de una red donde se puede escribir sin que haya un nodo central que les organice hace de la tecnología una comunidad, un ecosistema al estilo del sistema de Apple o de Google con múltiples aplicaciones entrelazadas entre sí. Así son los sistemas disruptivos sobre los cuales los usuarios basan sus preferencias y resuelven sus problemas, lo que le da un valor único que todos intentamos adivinar poniéndole un precio y adelantándonos a los hechos, que en este caso revolucionará la manera de hacer las cosas.
En síntesis, Bitcoin es la primera moneda digital descentralizada del mundo. Esta moneda digital puede ser enviada y recibida a través de Internet, es una moneda, como el euro o el dólar estadounidense, y tiene como objetivo el intercambio de bienes y servicios. Sin embargo, a diferencia de otras monedas, Bitcoin es una divisa electrónica que presenta características nuevas, destacándose por su eficiencia, seguridad y facilidad de operar.
Gustavo Neffa Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Nacional de La Plata